Para zanjar el trabajo de la escultura, se propuso de nuevo el ejercicio de realizar una pieza que interpretara tridimensionalmente "La resurrección de Cristo" de El Greco.
Tras experimentar en las anteriores con arcilla (modelando) y con cera (tallando) para esta ultima usé la plastilina, un material que permite ambas técnicas según se caliente o se enfrié.
En cuanto a las propias figuras decidí hacerlas de tal forma que representasen los dos mundos antagónicos que aparecen en el cuadro. Es por esto que una esta hecha con cortes limpios y secos, marcando mucho las aristas y dejando rasguños que proporcionan una textura tosca. La otra, sin embargo, es de formas curvas y con un acabado pulido y suave.
Es esta yuxtaposición de formas opuestas que conforman unidad por el tamaño, color y material; así como la forma en la que representa los valores del cuadro, lo que hace a la obra realmente atractiva y personal.
